Juana es una mujer movida, extrovertida y a los que sus amigos definen como una persona “guay”. Tiene mucha vitalidad, practica mucho deporte y asegura que la edad es solo un número y que ella se sigue sintiendo joven.
En el restaurante del amor se ha dado cita con Salva, un hombre elegante al que le ha llamado mucho la atención Juana nada más verla, ya que le ha parecido bastante “atractiva”. Él está separado y ella es viuda y quieren conocer a alguien especial.
Sin embargo, a pesar de haber tenido una buena primera impresión, ambos decidieron no ir a más y la distancia ha sido uno de los principales problemas. Ella estaba dispuesta a salvarla, pero él necesita tener a su pareja más cerca.
“Tendría una segunda cita pero con el ánimo de no ir más lejos de una amistad. El reparo que tengo es la distancia. Soy una persona muy espontánea y me gustaría tener a la pareja más cerca para poder proponerle planes improvisados”, decía él.
“Me has encantado, el problema es el deporte. Soy una persona que salgo por la mañana y me hago kilómetros y me encantaría encontrar a alguien que me siguiera en ese aspecto”, decía Juana, tras recibir el no de Salva.
Después de eso, ambos se han despedido con cordialidad y Salva le ha recordado que en Valencia tiene a alguien para cuando quiera.