Amelia y Ángel se han gustado a primera vista y se han encantado según se iban conociendo. Viven muy cerquita y son muchísimas las cosas que tienen en común, tantas, que él ha sentido hasta un poquito de vértigo al conocerlas.
Ángel se levanta cada día con una sonrisa y si no la tiene se obliga a tenerla. Está jubilado, pero en su casa es todo un manitas, arregla cualquier cosa o te hace un pan de masa madre. Está buscando a una mujer para compartir no para que le haga nada en casa y tiene claro que el amor hay que ir construyéndolo.
Amelia, su cita, es una mujer muy extrovertida a la que le encanta conocer a persona, pero también tiene un punto de timidez que desaparece cuando está cómoda y se convierte en el centro de atención de las risas. En el amor es una mujer tradicional a la que le gusta que la enamoren.
Al verles juntos, Carlos Sobera ha tenido la sensación de que hacían muy buena pareja y es que ella, era lo que Ángel estaba buscando. Los dos son de Barcelona y eso les ha gustado mucho a los dos.
Amelia se ha sorprendido al comprobar que los dos habían pedido los mismos platos del menú y Ángel le ha contado que él siempre apostaba por la comida sana. Le ha explicado que él no se prohíbe nada, pero que le gusta cuidarse, comer comida saludable y practicar deporte. En casa tiene su propio gimnasio y sigue unas rutinas de mantenimiento “no pretendo estar cachas”. Algo que a Amelia le ha agradado y que le ha demostrado que funcionaba porque no se esperaba que tuviera 68 años.
Ángel le ha contado que lleva ocho años divorcia que no separada y Amelia le ha dicho que ella le ganaba. Ha estado mucho tiempo entregada al trabajo y a sus hijas, pero ahora siente que es el momento de volver a dedicarse a ella, conocer gente y sacar la niña que lleva dentro. Ángel estaba asustado porque Amelia era la señora que estaba buscando y encima tenía casi todo en común, algo que no se hubiera imaginado jamás.
Los dos han estado de acuerdo en que se quieren volver a enamorar, pero que el amor es algo que se tiene que ir amasando poquito a poquito como hace Ángel con sus panes. Les gusta pasear y tomar algo por las mismas zonas de Barcelona, pero están convencidos de que juntos va a ser mucho mejor y que van a descubrir un montón de cosas nuevas.
Algo ha hecho click en el corazón de Amelia cuando Ángel le ha dicho que le encanta ir de compras, pero que tiene que ser él el que elija su propia ropa, es muy suyo en ese sentido. Los dos han encontrado lo que estaban buscando en ‘First Dates’ y están deseando seguirse descubriendo poquito a poquito.