Adriano ha entrado en ‘First Dates’ muerto de la risa y diciéndole a Carlos Sobera que no damos ni una. En su primera cita se encontró con un hombre al que le gustaban los señores mayores y cuyo sueño erótico era tener sexo con dos abuelos. Adriano ha querido asustar a su nueva cita y le ha enseñado a Carlos Sobera la sorpresa que le había traído.
El presentador ha abierto la cajita con mucho miedo y no ha podido contener la risa al ver un tanga de leopardo con orejitas de un tamaño más que considerable. Sobera ha tenido curiosidad y Adriano le ha respondido sin escuchar la respuesta “se llena, se llena”. El soltero se ha comenzado a partir de risa y le ha soltado un “22, 22, 22”.
Desde que visitó ‘First Dates’ no ha encontrado a nadie normal y asegura que la gente busca cosas muy raras “hombres de noventa años, que pesen más de 100 kilos, que no tengan pelo, con las tetas muy gordas…”. Carlos Sobera ha querido saber qué buscaba él y Matías ha respondido por él “busca un trompón” y efectivamente, Adriano busca a un hombretón que le diga “Ven pa´ca maricón, que te destrozo toda”. Carlos Sobera le ha pedido que se fuera para la mesa y le ha advertido que su cita era “domador de elefantes”.
Leo, nuestro particular Harpo Marx de Tenerife, ha regresado a ‘First Dates’ en busca de un hombre que le robe el corazón y algo más. Carlos Sobera le ha dicho que estaba a punto de conocer al amor de su vida y ha querido saber si estaba cachas. El presentador le ha dicho que estaba estupendo de arriba y de abajo, y le ha enseñado el tanga que había dejado para él. “Mi madre, qué cacho pito”, ha exclamado Leo al ver el tamaño y no ha necesitado saber nada más “le voy a decir que sí, mira cómo la tiene de grande, le digo que sí, aunque sea feo”.
Al verle, Adriano se ha echado las manos a la cabeza, pero al escucharle no ha podido contener la risa. Leo ha querido saber si el tamaño del tanga coincidía con la realidad y no ha dudado en preguntarle si era un cantante de rock. El actor le ha contado que venía de actuar y que era Harpo, pero Adriano no ha entendido nada de nada y ha sentido que el tenía que oler fatal la axila de la gabardina.
Al escuchar a Leo hablar de él en femenino, Adriano le ha pedido que no lo hiciera y no ha entendido que su cita se sintiera una mujer si era un hombre con barba. Leo le ha dicho que él usaba tacones y que se vestía de mujer, pero Adriano ha insistido en que era un hombre. Leo se lo ha tomado con humor, pero ha sentido que ese hombre no era para él “Puede tener una buena herramienta, pero en la cabeza tiene serrín”.
Adriano y Leo no se han gustado ni estaban conectando, pero se lo estaba pasando en grande. El gaditano no paraba de reírse e incluso, se ha puesto el tanga en la cabeza. A Leo le ha sorprendido que fuera un tipo tan alocado y que le preguntara tan directamente por su transformación como mujer.
En el momento de la decisión final, a Adriano le ha entrado un ataque de risa al escuchar que Leo quería seguir conociéndole porque él había sentido que no había congeniado en nada. De hecho, le ha dicho que no le quería conocer más y que si iba a Cádiz que no le llamara porque no le quería volver a ver.
Leo se ha quedado un poco chafado porque era la segunda vez que le daban calabazas en televisión y estaba convencido de que iba a volver a salir en televisión.