Gracia ha llegado a ‘First Dates’ muy elegante y Carlos Sobera no ha dudado en piropearla, algo a lo que ella asegura estar acostumbrada porque los hombres le suelen decir que es muy guapa y que tiene muy buen tipo. Se quedó viuda con 56 años y lleva 16 años sola, ha conocido a gente, pero la cosa no ha terminado de cuajar. Quiere encontrar a alguien con quien bailar o salir de viaje.

Antonio, su cita, siempre ha querido ser artista y como soñaba con irse a Alemania, sus citas no terminaban de cuajar. Su sueño era aprender a bailar y triunfar como artista. Su madre la metió en la cabeza que se tenía que casar y se casó con una mujer tras cuatro bailes por tal de no escuchar a su madre. Al ver a Gracia ha sentido que era “un mujerón” y que le iba a “dar una patada a la primera de cambio”. Ella se ha sentido un poco decepcionada porque le gustan los hombres más altos y más fuertes, pero bueno.

Gracia ha querido saber cuál era el estado civil de su pareja y Antonio le ha contado que estaba en proceso de divorcio, pero que llevaba 20 años de “Soledad compartida”. Se casó por deseo de su madre, su esposa hubiera preferido a un hombre más alto y han estado muchos años juntos sin querer estarlo. A Gracia le ha dado pena que le hubiera ido tan mal en el amor y le ha contado que ella sí se casó enamorada y que ha estado 45 años muy feliz.

Antonio le ha pedido a Gracia que le cortara porque él se pone a hablar y no para. De hecho, le ha contado que le gusta mucho internet, los videojuegos y las telenovelas. A ella también le gustan las telenovelas, pero todavía no ha visto ‘La hija del mariachi’, según Antonio, la mejor telenovela que ha visto jamás. También le ha contado que le gusta mucho bailar en el hogar del jubilado, pero que con la pandemia no se podía bailar agarrado.

Durante la cena, ha comenzado a sonar una sardana y venía de su móvil, pero rápidamente le ha dicho a su contacto que estaba cenando y que hablaban después. A Gracia no le ha hecho ninguna gracia porque a ella no le gustan nada los móviles, a ella le gusta hablar con las personas.

Gracia le ha contado que ella vive en el pueblo de Carmona y él ha sentido que no le importaría coger su coche e “ir a ver a su Gracia de Carmona”. Le ha dicho que le parecía una mujer muy elegante y que tenía haber sido guapísima de joven porque lo seguía siendo “has tenido que parar hasta la circulación”. Y le ha pedido que no se quedara solo en el físico porque él era mucho más que una estatura.

En el momento de la decisión final, Antonio ha asegura que sería “un suicidio amoroso” decir que no quería tener otra cita con Gracia. Sin embargo, ella le ha dicho que como amigos podían volver a verse, pero que como pareja no había sentido “esa cosilla”. Él se ha tomado muy bien las calabazas y le ha deseado que le hagan la mujer más feliz del mundo como se merece.