Ni alto ni machote, Santiago no tiene las dos cualidades que le gustan a su cita en ‘First Dates’

  • Irene busca a un machote que le diga ‘ven pa´ca’: “Santiago no me lo va a decir, una pena”

  • Santiago tiene un complejo con la altura y no duda en hablarlo abiertamente con su cita

  • Irene busca a un chico que sea fiel: “Mi exnovio me engañó durante tres años y medio”

Son de pueblos cercanos, han sufrido por amor, han tenido algún que otro problemilla de autoestima y les gusta bailar bachata, Irene y Santiago han encontrado un montón de cosas que les unen y una que les separaba por completo: la altura.

Irene ha venido a ‘First Dates’ en busca de un chico fiel porque su anterior pareja le dijo que tenía una amiga que resulto ser algo más que una amiga. Ella lo da todo en una relación y no termina de entender por qué le ponen los cuernos. En la discoteca se pone a perrear y los chicos se le acercan, la invitan a un chupito o un cubata y hasta ahí, “no quiero más con esas personas”.

Santiago, su cita, se ha presentado como un chico al que suele considerar como un amigo o un hermano “soy un tipo delicado y no es el tipo de chico que suele buscar las mujeres hoy en día”. Más de una vez le han dejado al comprobar que no es el típico empotrador y le dicen que tiene pluma, pero él tiene claro que de pluma nada de nada.

Al conocer a Irene se ha llevado una buena impresión y más al saber que era de un pueblo muy cercano al suyo. Ya sentados en la mesa, han comenzado a hablar de sus relaciones anteriores y ambos han coincidido en que estaban hechos para estar en pareja. Santiago no podía creer que a Irene le hubieran estado engañando durante más de tres años porque si no te gusta una persona no estás con ella, pero no le engañas.

A él también le fueron infiel “a la semana la perdoné, pero no me sirvió de nada”. Irene le ha contado que lo pasó muy mal al romper su relación porque pensó que con su físico nadie la iba a querer, pero se ha dado cuenta de que no es así y que está estupenda. Santiago también vivió una situación parecida y ha pasado de 86 a un peso aceptable, y se siente mucho mejor. Eso sí, reconoce que tiene un poco de complejo con su altura.

Santiago le estaba contando a Irene que en Elche se movía por las discotecas latinas porque es de origen venezolano, justo cuando Matías les ha propuesto bailar una canción juntos. Al ponerse de pie, los dos han tenido la sensación de que la altura era un impedimento para su amor. A Irene le gustan los chicos machotes que le digan “ven pa`ca” y ha tenido la sensación de que Santiago no se lo iba a decir “una pena”. Él también ha sentido que aunque se quitara las plataformas, para mirar a Irene tenía que inclinar mucho la cabeza.

Antes de llegar al postre, Santiago ha querido saber si Irene tenía algún problema con su altura y ella le ha mentido vilmente. Le ha dicho que no y él le ha confesado que tenia un complejo con su altura, es el más bajito de su grupo de amigos y muchas chicas le dan calabazas por ese motivo. “Me siento mal porque le voy a rechazar por ser bajito y él tiene un complejo con eso”, ha asegurado Irene antes del momento de la verdad. Pero a él le ha soltad un “no tengo ningún problema con eso, mientras que sea buena persona, la altura me da igual”.

En el momento de la decisión final, Santiago ha dicho que sí quería seguir conociendo a Irene, pero ella le ha dicho que no era su tipo de chico “me gustan un poco más altos que yo y más machorros”. Una justificación a la que Santiago está acostumbrado y que se ha tomado con humor, se han caído bien y le ha propuesto tomarse algo juntos en Elche.