David se viene arriba al hablar de sexo tántrico en ‘First Dates’: “Yo no suelo invitar, pero si quieres pago yo”

  • Los hobbies de David: “Abrazo árboles en la intimidad”

  • Carolina tuvo un matrimonio complicado: “Fue dramático, aunque ahora suena a tragicomedia española”

  • A David le rompieron el corazón por Whatsapp: “Luego vino una enfermera y me lo curó”

Al ver a Carolina, David ha sentido que no era la mujer que le iba a enamorar, pero al descubrir los motivos por los que llevaba un bindi en la frente y hablar de sexo tántrico, se ha venido tan arriba que ha terminado pagando la cena.

Carolina es una sevillana atípica porque más que flamenca es rockera y sobre todo induestia. En la adolescencia se le juntó una depresión con problemas de salud y en una lucha por sanarse encontró las terapias alternativas. En el hinduismo ha encontrado una filosofía de vida más que una relación.

En el amor ha tenido un poco de todo, pero suele llevarse bien con casi todos sus ex. Llegó a casarse, pero le duró solo ocho meses porque su marido se fue con la novia de su hermano. Algo que en su momento fue muy dramático, pero que ahora suena a “tragicomedia española”. Busca a alguien simpático y buena persona.

David, su cita, habla con los árboles en la intimidad “cuando estoy con las personas, hablo con las personas”. Al ver a Carolina no ha sentido que su sonrisa le deslumbrara ni nada de lo que esperaba sentir y no ha dudado en ofrecerle la mano en lugar de darle dos besos. Ella se ha quedado cortada, pero ha decidido lanzarse a la piscina y ser ella la que se los diera.

Han comenzado a conocerse contándose de dónde eran y dónde vivían, pero la cosa no ha empezado con mucha emoción por parte de ninguno de los dos.

Carolina ha querido saber qué edad tenía su cita y él le ha dicho que “cuarenta y pocos”, ella se ha sorprendido porque por más que ha insistido él no ha querido decirle su edad real. Eso sí, le ha dicho que baila bachata y que se hace pasar por más joven de lo que es.

Le ha contado que le gusta el senderismo, que tiene inteligencia artificial en casa y que de vez en cuando escucha un poquito de música rock. Incluso, le ha confesado “algún tatuaje tengo por ahí”. Algo que a Carolina le ha comenzado a llamar la atención porque ella es muy rockera y a él le veía con un look muy clásico.

En un momento dado de la cita, David se ha sincerado con Carolina y le ha contado que había tenido varias experiencias que le habían dejado tocado. Desde que se separó igual ha estado con doscientas mujeres, pero ha tenido dos que le ha tocado el corazón. Una relación que él sabía que no iba a funcionar, pero que le dolió mucho porque le dejó por Whatsapp. Luego se encontró con una enfermera que le curó el corazón, pero que también le dejó.

A Carolina le ha gustado que se sincerara, pero también ha sentido que no estaba recuperado del todo. Hablando del trabajo de ella, David se ha interesado por su bindi y ella le ha hablado de cómo una instructora de tantra cambió su vida y su forma de pensar. Además, le ha desmontado su mito sobre el sexo tántrico porque le ha explicado que eso es casi el final del camino y algo que es casi divino.

David le ha soltado un “yo no suelo invitar, pero si quieres pago yo”. A ella le ha sorprendido su razonamiento, pero él el ha confesado que se lo había pasado muy bien. En el momento de la decisión final, ella la ha explicado que no había sentido la pasión que esperaba, pero que no le importaría seguirle conociendo para ver si entre ellos surgía una amistas. Algo que a él le ha parecido estupendo.