Gema es muy extrovertida “soy la amiga que lleva a la fiesta para que anime la fiesta”. En el amor asegura haber tenido altos y bajos, pero siempre con chicos muy altos. Para ella es fundamental que a su pareja le gusten las croquetas y le ha pedido a Carlos Sobera que se lo preguntara a su cita porque si no no había nada que hacer entre ellos. También ha querido que le preguntara sí le gustaban los unicornios, pero él presentador le ha dicho que eso mejor se lo preguntara ella.
Rubén, su cita, se ha presentado como un tipo arriesgado que se atreve con todo y al mismo tiempo intenso porque disfruta con una buena película romántica. Antes de que se sentara a conocer a Gema, Carlos Sobera le ha preguntado que si el gustaban las croquetas y al saber que sí qué puntuación le daría a ese gusto. Él ha dicho que le gustaban un ocho y a Gema le ha parecido poco, pero le ha encantado su respuesta sobre los unicornios “me gustan las cosas que no existen así que, me gustan los unicornios”.
Ella le ha explicado que las croquetas, el queso y los unicornios son sus condiciones para los chicos y rápidamente han comenzado a conocerse. Los dos son de Madrid, él es periodista y ella está terminando magisterio.
La cena de Rubén y Gema ha comenzado con mucha intensidad. Ella se ha puesto nerviosa al saber que su cita era Geminis, pero ha intentado para el fuego de Aires. Él le ha dicho que le gustaba mucho su maquillaje y su vestido, y ella le ha explicado que todo tenía un significado relacionado con la discapacidad. Rubén tiene un problema se salud y lleva audífonos, algo de lo que su cita entiende porque estudio mediación comunicativa y habla lenguaje de signos.
Eso sí, cuando él le ha dicho que en el arte el color azul era muy difícil de conseguir y que representaba a la Virgen María, ella se ha horrizado “¿Qué me está contando? Yo de virgen no tengo nada”.
Gema ha querido saber que tendencias políticas tenía su cita y él le ha dicho que le gusta la política, que escribe sobre ello, pero que le parece un tema muy personal para tratarlo en una primera cita. Eso sí, le ha reconocido que es un tipo muy intenso y que suele superar el máximo de caracteres permitidos en sus publicaciones de Instagram. A Sara le ha gustado el punto de timidez de Rubén y le ha confesado que le excitaba que le hablaran en castellano antiguo. Él es muy de historias y series medievales, pero en ese momento no ha recordado ningún extracto de El Quijote o algo similar.
La soltera ha respirado tranquila al saber que a Rubén le gustaba mucho hacer el tonto y que debajo de ese tipo tan serio estaba el chico divertido que estaba buscando. En el momento de la decisión final, ambos han tenido claro que querían repetir y que su segunda cita podía comenzar en ese mismo momento.