Rosa ha venido a ‘First Dates’ en busca de un compañero de viaje que le hiciera quitarse la coraza que le han hecho ponerse sus últimas relaciones. Alfred lo ha intentado por todos los medios, pero ella no ha sentido el feeling que estaba buscando y le ha ofrecido una amistad.
Rosa se define como una mujer coqueta a la que le gusta ir arregladita a la vez que cómoda. Lleva tres años sin pareja y siente que está cerrada al amor, pero se quiere quitar la coraza que lleva y abrirle la puerta a una nueva ilusión. Le gustaría encontrar a una persona alegre que se convirtiera en su compañero de viaje. Alfredo, lleva toda la vida dedicado a la venta internacional de productos de estética y tiene la sensación de que transmite confianza y seguridad a la gente.
La cita ha comenzado despacito y hablando del mar porque los dos viven en la misma zona de Cataluña. Físicamente se han agradado y rápidamente han comenzado a conocerse. Él le ha contado que era comercial de estética y peluquería, y no le ha importado en absoluto que su cita tuviera el pelo blanco porque era muy atractivo si se llevaba bien.
Alfred le ha explicado que tenía una serie de aficiones a las que no le gustaría renunciar por amor como eran pasear, la playa o el baile. Él nació en Brasil y fue un gran bailarín de samba aunque asegura que ahora lo ha perdido. A Rosa le ha resultado curioso porque ella baila salsa y asegura que siempre la han llamado “Rosa, la indomable”.
Eso sí, en el tema de la lectura no han coincidido porque Alfred no lee ni el periódico y dejó de estudiar porque le gustaba más trabajar. Rosa le ha contado que tiene a sus hijos fuera de España y que estuvo casado con un diplomática por lo que vivió en Bélgica hace mucho tiempo.
Relación seria solo la ha tenido con su marido y al resto de hombres que ha conocido le han decepcionado porque la han intentado cambiar su forma de ser. Alfred ha sentido que a Rosa le habían hecho daño y que por eso le costaba abrirse de primeras.
La cita de Rosa y Alfred parecía estar funcionando muy bien y habían congeniado hasta en el reparto de las labores domesticas, pero ella no ha sentido el feeling que esperaba y no ha querido confesarle durante el postre que no le quería seguir conociendo.
En el momento de la verdad, se lo ha dicho, pero también le ha dejado la puerta abierta a una amistad porque su compañía le había gustado mucho. Alfred ha aceptado su oferta y espera que puedan volver a coincidir.