Agustín ha comenzado su cita cantándonos una canción de David Bisbal y ha terminado con la autoestima por los suelos. Estaba convencido de que sus besos en el cuello era irresistibles y su cita le ha dejado claro que eran simplemente “normalitos”. Menos mal que les quedan muchos por darse.

Agustín es aficionado a la música y asegura que le dice que su voz se parece a la de David Bisbal, salvando las distancias. De hecho, nos ha cantado un poquito para demostrarlo. Ha estado en pareja mucho tiempo, es padre y no tiene mucho tiempo para tener citas. Eso sí, reconoce que no lo hizo bien en su relación “fui leal, pero no fiel”.

Juega en un equipo de fútbol profesional y trabaja de seguridad en discotecas, un trabajo en el que se lo ha pasado muy bien siempre. Busca a una mujer con curvas y que se cuide como lo hace él. Lucía, su cita, tiene claro que está enamorada de sí misma, pero quiere compartir su amor con otra persona. En su tiempo libre lo único que hace es ir a la playa, al gimnasio y estar con su gato.

A Agustín le ha visto un tipo muy mono y le ha preguntado por su profesión, ella trabaja en una tienda de perfumes. Ya sentados en la mesa, Agustín le ha contado a Lucía que tenía dos hijos de 9 y 7 años, y que aunque no tenía la puerta cerrada del todo “no estoy castrado”, lo de volver a ser padre no estaba entre sus planes. Ella tiene solo un gato y no sabe si quiere o no ser madre de humanos. Eso sí, no le ha parecido un inconveniente que su cita fuera padre.

Agustín estaba preocupado porque estaba comiendo muy rápido, pero Lucía le ha dicho que ella también lo hacía, pero se estaba conteniendo. Ella ha bromeado con la edad de su cita y han comenzado a hablar de las cirugías que no se habían hecho. Ella le ha confesado que le da miedo y él que de momento no las necesitaba, pero que no lo descartaba “y más si me sigues destrozando”. Agustín tiene la sensación de que aparenta 27 años y Lucía le ha dejado claro que menos de 30 no aparenta, más bien más.

En la intimidad del reservado, los jóvenes se han querido conocer un poquito mejor y se han atrevido con los juegos del amor. Ella ha tenido que elegir tres lugares en los que recibir un beso y él se ha venido arriba cuando le tocaba darle un beso en el cuello porque era su especialidad. Sin embargo, Lucía le ha dicho que de experto nada, que había sido un beso normalito.

Menos mal que luego les ha tocado un beso largo y ha cambiado de opinión. Los dos se han gustado y quieren seguirse conociendo mucho mejor.