La cita de Laura ha comenzado con un flechazo y un buen vino de Jumilla. Ambos son de dos pueblos muy cercanos de Murcia y se han gustado tanto que ya se han imaginado como sería la boda y hasta la luna de miel.
Laura tiene aspecto de creída y lo es, pero reconoce que en la intimidad del hogar también tiene sus momentos de bajón y de sentirse un poquito menos guapa. En el amor le ha ido bien, pero piensa que era muy joven cuando conoció a sus dos novios del pueblo. Ahora asegura saber lo que quiere y no estarlo encontrado. Busca a un chico que sea buena persona, tolerante, guapo y sobre todo, que le acompañe en sus locuras y sus cosas, algo difícil de encontrar, pero no imposible.
Juan, su cita, es un chico que se define como un tipo amable y amante del buen rollo. Al verla, ha alucinado porque Laura era la chica guapísima que estaba esperando y la tenía delante. Le ha pedido a Matías un vino blanco, pero se lo ha pensado mejor, “No me vuelvas loco”, y le ha pedido uno tinto y de Jumilla. Casualidad del destino que Laura es de Jumilla y él de Caravaca de la Cruz, un pueblo cercano.
Pero esa no era la única cosa que tenían en común, los dos trabajan y estudian temas relacionados con el marketing y la comunicación. A Juan le ha encantado Laura y todo lo que estaba viendo y descubriendo de ella le iba fascinando. Le ha maravillado que le gustara viajar y que se hubiera atrevido a viajar sola, pero sobre todo le ha emocionado saber que iba a ir sola al concierto de Rosalía y que le gustaba su último disco “espectacular, estamos coincidiendo en todo”.
Juan no sabía por dónde comenzar a comerse el plato de almejas que le habían servido y ha decidido comérselas con cuchillo y tener, y pidiendo una servilleta. A Laura le ha asustado que fuera a ser un maniático que no puede comer sin servilleta “yo soy bastante caos” pero sobre todo, que solo se comiera una almeja “creo que no eres de comer muchas almejas”. Juan no sabía si se trataba de un juego o un chiste y ha intentado comerse otra más, ahora ya con la mano, pero no le ha terminado de gustar el sabor.
El soltero está tan “espectacular” con Laura que ha bromeado con una posible boda y un coche de caballos y aunque ella ha intentado hacerse la durita, nos ha reconocido que ya se había imaginado con Juan en el viaje de novios. Tenían tantas cosas en común que él le ha propuesto buscar algo en lo que no coincidieran y lo han visto casi imposible.
Los dos han tenido claro que habían encontrado lo que esperaban encontrar en ‘First Dates’ y que querían seguirse conociendo un poquito mejor.