El arriesgado vestido de una comensal de ‘First Dates’: “No me puedo mover mucho que le voy a enseñar una teta a mi retal pronto”

  • Diana está encantada de conocerse: “No tengo tripa ni tengo papada”

  • Diana, sobre el pasado sentimental de su cita: “Me parece muy aburrido”

  • A Diana le gustan los malotes tatuados y su cita parece “un señorito andaluz”

Diana ha dejado claro que para ella la estética es fundamental y aunque ha intentado disimularlo durante toda la cita, la de su cita no le ha gustado nada. Ella se había puesto un vestido divino para encontrar a un malote tatuado y ha cenado con un señorito andaluz de buen corazón.

Diana ha llegado a ‘First Dates’ con un vestidazo impresionante y asegurando que es una apasionada de la moda y la estética, le gusta cuidarse hasta el más mínimo detalle y lo hace para sentirse bien consigo misma. Vino a España por amor y asegura que en pareja es una mujer muy entregada que cuida a su pareja “como a un rey”. No ha tenido mucha suerte en el amor porque no encuentra al tipo de hombre que está buscando, asegura que ahora son demasiado modernas para ella. Le gusta ser ella la que conquiste y no le gustan nada los hombres pegajosos.

Daniel, su cita, se define como un hombre detallista que te sorprende cualquier día del año y que de agarrado no tiene nada. Venía buscando a una mujer que le atrapara con su mirada y al ver a Diana se ha puesto tan nervioso que no ha sido capaz de ser él. Le ha encantado lo que ha visto de pies a cabeza “es bella” y los nervios no le han dejado hacer mucho más. Ella se ha mostrado simpática con él y ha dicho que tenía unos dientes muy bonitos, pero no ha visto al hombre que a ella le podría haber gustado “no es mi tipo”.

Diana se ha interesado por la historia sentimental de su cita y al saber que estaba divorciado y que llevaba 5 años soltero ha soltado un “me parece una vida muy aburrida”. No mucho más que la suya que también ha reconocido que lo es. Le ha contado a Daniel que se vino a España por amor se casó y que ahora está deseando volverse a enamorar. Eso sí, le ha contado que ha decidido no conocer a más españoles porque siente que solo los latinos tienen la alegría y el ritmo que está buscando de hecho, se ha imaginado cómo sería su cita saliendo de fiesta.

Diana parecía tener claro que Daniel no era su tipo ideal, pero ha querido conocerle un poquito mejor. Él le ha contado que le gustan muchos las motos y que en su tiempo libre sale de rutas, a ella también le gustan, pero no tanto como para no hacer otra cosa. También ha puesto en duda que le gustara mucho el deporte porque ella sí se cuida hasta el más mínimo detalle “mira no tengo tripa, no tengo papada…”.

A Diana le gusta estar perfecta y de hecho, estaba preocupada porque se había puesto un vestido tan arriesgado que casi no se podía mover, “no me puedo mover mucho que le voy a enseñar una teta a mi retal pronto”, ha bromeado con Cristina. Un comentario que él se ha tomado como parte del juego de la seducción y tenía motivos porque seguido le ha dicho que tenía unos ojos muy bonitos y que le notaba nervioso.

Diana y Daniel han tenido una cita de doble cara porque ella ha intentado ser amable y él ha tenido la sensación de que había encontrado al hombre de su vida. Se ha visto con todas las cualidades que ella está buscando y cómo el rey que ella no dejaría de mimar “me gusta que mi rey vaya impecable, que me lo miren todas”. A Diana no le ha gustado el rollito andaluz de su cita, a ella le gustan más los tipos tatuados y con cara de malote.

En el momento de la decisión final, Diana no se atrevía a decirle a Daniel que le había gustado mucho su forma de ser pero que no le había gustado físicamente. Él lo ha entendido y le ha dejado claro que el físico se va y que a él le gusta el interior de las personas, pero que lo respeta. Es más, le ha invitado a ir a Córdoba y si ella lo desea alguna vez.