Lidia busca a un chico piquito con alma de hippie porque ella se considera ‘una pihippie’ y no ha dudado en confesarle a Lidia Torrent que a ella le gustan los hombres como Matías “rubios con rollito vikingo”. Es más, en el momento que su tocaya se ha ido a buscar a su cita, ella se ha puesto pico y pala con Matías. No ha dudado en hacerle gestitos y Matías le ha dicho que le deseaba que se enamorara y ella le ha soltado un “de ti me enamoraría”. Las gemelas han alucinado y Matías ha terminado pidiendo que tocaran la campana del amor.
Alberto, su cita, ha llegado a ‘First Dates’, nervioso y con la risilla floja en modo on. Lidia se ha sorprendido con su collar de colmillo gigante “qué collar más discreto” y Lidia le ha quitado hierro al asunto diciendo que hacía juego con la cadena de su bolso. Ella tiene la sensación de que 10 segundos son suficientes para saber si tienes feeling con alguien y ella no ha sentido nada de nada. Alberto no era el chico pijo que estaba buscando y ha seguido pico y pala con Matías.
“Me pone muy nerviosa, yo he venido nada más que para conocerle a él”, ha asegurado la soltera ante el asombro de Alberto, quien ha decidido tomárselo con resignación “qué le vamos a hacer si Matías le pone más nerviosa que yo”.
A Alberto parece que no hay nada ni nadie que le quite la sonrisa de la boca y menos mal porque su cita con Lidia ha comenzado mal, muy mal. Al saber que tenía 41 años le ha dicho que era demasiado mayor para ella “me ha visto puretilla” y no ha dudado en decirle que la primera impresión no ha sido buena “flechazo no he sentido”. Sin embargo, nunca se sabe cómo puede acabar la cosa y aunque no le guste tanto como Matías, brindar han brindado.
Lidia ha seguido en la misma línea y al saber que Alberto había estado en una relación tóxica lleno de celos y posesión, le ha dicho que ella no es controladora, pero que si le dan motivos es celosa y muy posesiva, algo que él no quiere volver a tener al lado de ninguna manera.
A la soltera le ha comenzado a incomodar que Alberto se riera de todo lo que ella decía y no sabía si es que era una característica de su forma de ser “se ríe por todo” o si es que le hacía su acento o su forma de expresarse. Algo que él no ha terminado de aclararle porque lo único que hacía era reírse.
Ni pasión ni intimidad ni compromiso, en la cita de Juanma y Lidia no ha existido ninguna de las cualidades que ella cree que son fundamentales para que nazca una pareja, pero lo que si ha habido han sido risas, muchas risas. Juanma no ha parado de reírse en toda la cita y a ella le ha entrado la risa de golpe al comprobar que ninguno de los dos recordaba el nombre del otro y que él tampoco había sentido nada especial al verla.
“Si nos vemos otro día mejor, pero si no no pasa nada tampoco”, ha sentenciado ella después de que los dos dejaran claro que no querían volver a tener más citas juntos.