Aida ha venido a ‘First Dates’ en busca de un hombre croissant que le hiciera olvidarse del mensaje ‘Fuck love’ que lleva tatuado en su cuerpo, pero se ha encontrado con Jordi un joven futbolista que ha sentido que estaba delante de la mujer de su vida, pero que de croissant no tenía nada de nada.
Aida es una chica que se cuida muchísimo y que está buscando a un hombre grandote, tatuado y metrosexual. Asegura que en el amor no le ha ido mal porque siempre ha estado en pareja, pero a Lidia Torrent le ha sorprendido muchísimo que en el cuello llevara un tatuaje enorme que dice “fuck love”. Aida le ha explicado que no ha sabido elegir a sus parejas y que sus relaciones no han terminado bien.
Lidia ha tenido la esperanza de que su suerte cambie y que al salir de ‘First Dates’ se tatuara un corazón o el logo del programa para tener un bonito recuerdo. Jordi, su cita, es un chico deportista que combina el gimnasio con el fútbol y le gusta hacer planes y no estar parado.
Al verle, Aida se ha llevado un buen chasco. Ella esperaba a un hombre croissant y ha entrado “delgadito con cuerpos crossfitero”. Jordi estaba contento y ha comenzado a contarle que es de Andorra pero que baja mucho a Barcelona, pero ella no le ha prestado mucha atención porque estaba pensando que su forma de vestir tampoco le gustaba, a ella le gustan más con traje y zapatos.
Jordi estaba encantado y le ha comenzado a contar a Aida que no es un croissant, pero que además del jugar al fútbol va 5 horas al gimnasio a la semana. Ella le ha confesado que a ella le gustaban los hombres croissant, pero él no lo ha entendido y en lugar de darse cuenta de que él no le había gustado nada, ha sentido que estaba bien que tuvieran una afición en común como es ir al gimnasio.
Al hablar de planes de futuro, bodas, hijos y relaciones serias, Jordi ha sentido que Aida y él estaban hechos el uno para él otro “también conectamos en el terreno mental”, pero ella ha sentido que él necesitaba experimentar un poco más en el amor antes de comenzar una relación seria con nadie.
El soltero estaba flipando porque al jugar al Rasca del Amor, también han estado de acuerdo en las cosas que les gustaban. A los dos les gusta dar placer y recibirlo, aunque ella no ha entendido lo de “¿Eres activo o pasivo en la camas?” y ha dudado “¿Eso no era para los homosexuales”. Aida le ha contado que ella le encanta ver a los chicos conducir y él le ha asegurado que él va despacito y que la iba a poner flamenquito.
Jordi estaba encantado porque su cita le había gustado por fuera y por dentro, pero ella no podía quitarse de la cabeza que era un hombre delgadito al que en la cama “lo reviento”, y no ha querido darse cuenta de lo que le podía aportar. Durante la decisión final, Jordi ha dejado claro que quería irla conociendo de verdad, pero ella le ha dicho que físicamente no le había gustado y que sentía que necesitaba más experiencia en el amor antes de buscar una relación para toda la vida.