María ha entrado en ‘First Dates’ considerándose la mujer más guapa del mundo y ha salido del restaurante convencida de que lo es. Se ha disgustado al ver que ella estaba “emperifollada” y su cita venía en patines, pero ha sido ella misma hasta en el momento de hacerle una cobra histórica… ¡Con estilazo!
Daniel ha entrado en el restaurante con los patines puestos y es que el deporte le hizo cambiar su vida y le dio la autoestima que necesitaba. Antes era un chico gordito, con gafas y friki del manga. Busca a una chica con autoestima, las ideas claras y un poco fitness o “gordi-fitness”.
A María, su cita, autoestima no le falta, se define como “la mujer más guapa del mundo” y una chica muy, muy atractiva. Se pinta, se arregla, se perfuma y siempre, siempre llama la atención. “Si yo fuera lesbiana estaría conmigo, soy súper femenina, súper buena como ama de casa, como todo, en la cama, en todos lados”.
Al ver a Daniel subido a unos patines ha sentido que no era su hombre porque ella venía “toda emperifollada”, pero se ha dejado llevar. Él ha visto a la chica “medio gitana medio cubana” que le gusta y se ha sentido atraído por su rollito llamativo de barrio.
Nada más empezar a cenar, Daniel le ha dicho a María que le recordaba a Rosalía y eso a ella le ha encantado sobre todo, la posibilidad de tener su dinero. Sin embargo, cuando le ha dicho que era “muy de barrio”, ella no se lo ha tomado muy bien porque ella no es de las que va por la calle con el moño y en chándal. Él ha querido llamarla “choni” y ella no ha esperado a que se lo dijera “todo el mundo me dice que soy choni, pero yo no lo veo”.
Eso sí, ella nos ha dejado claro que el look de Daniel no le gustaban en absoluto. A ella le gustan los chicos elegantes y que se arreglan, no le gustan nada los chicos chándal y a Daniel solo le falta “la riñonera y la gorra”. Ella va arreglada hasta para comprar el pan y espera lo mismo de su pareja.
Daniel se ha sorprendido de que María tuviera su edad porque él la veía muy pequeña, ella ha sentido que le estaba llamando “niñata” y eso no le ha gustado, pero él le ha recordado que tenía pinta de que le gustaban los hombres que la llevaran la contraria y ella le ha confesado que le gusta que le den caña. Él se ha definido como un tipo muy fogoso, pero ella ha sentido que no lo era tanto “Creo que lo meto en la cama y lo reviento, yo soy multiorgásmica, acabo uno y necesito más, y hay muchos que no llegan a más”.
En el reservado, Daniel ha intentado hacerse el interesante y utilizar la táctica de la mirada penetrante para saber si María era tan leona como aseguraba, pero ella le ha dicho que le contara algo que el silencio le agobiaba. Él no ha pillado su indirecta y ha continuado intentándola seducir hasta que se ha lanzado a la piscina y ella no ha tenido más remedio que hacerle la cobra.
“Me ha dado pena el pobrecito, pero no lo sentía”, ha asegurado ella al ver el chasco que se llevaba el soltero de los patines. A pesar del zasca y la cobra, Daniel ha asegurado que sí le gustaría tener más citas con María y es que, ambos están convencidos de que de fiesta serían un buen equipo.