Al verse han sentido algo muy especial y según se han ido conociendo han descubierto que eran lo que estaban buscando. Juan ha intentado no fallar en sus trucos de seducción para enamorar a toda una superheroína verde.
Heinyel es una chica a la que le gusta llamar la atención “ella va toda colorida, toda hippie y al que no le gusta, que se coma un azucarillo”. Pasó su infancia en un pueblo pequeño y no le resultó fácil mostrar su transexualidad, pero desde muy pequeña ha tenido claro que ella era una mujer y le ha dado igual lo que dijeran otros.
Le gustan todo tipo de hombre “cada uno tiene su brillo”, pero si puede ser, le gustaría un tipo gracioso, con chispa. Carlos Sobera le ha presentado a Juan, un chico que se define como un chico “ridículo, me gusta que la gente se ría conmigo de mí”. Asegura que le gustan mucho prototipo de chicas y al ver a Heinyel ha sentido que no era una chica normal “es una friki y eso es mejor”. Le ha encantado que fuera todo de verde y sus ojos.
Ella también ha sentido que Juan era perfecto para ella y que la cita les iba a ir muy, muy bien. Su cita ha comenzado hablando de juegos de mesa, noches de chinchón y con Juan sacándose un as bajo la manga. A los dos les encantan los juegos de cartas y aprovechando el buen rollo, Heinyel le ha preguntado por su libertad sexual y se ha llevado una alegría al saber que era bisexual.
Le ha contado abiertamente que ella era una chica trans y ha respondido a todas sus preguntas. Juan ha tenido otras experiencias con chicas trans y no le ha parecido un problema es más, le ha encantado saber que estaba feliz con su cuerpo y que había zonas que no quería cambiar ni pensaba hormonarse “mi proceso terminará cuando elimine todo el vello de mi cuerpo y me opere el pecho, voy a ser la hostia”.
Al degustar el primer plató Heinyel ha sentido que se había inspirado en ella y él le ha soltado “estáis igual de buenos”. La soltera le ha explicado que le gustaba el color verde por las plantas y porque era muy del mundo Marvel y de los superhéroes, al que a él le ha flipado.
Respecto a sus tatuajes, la joven le ha contado que lleva tatuado algo de los países que ha visitado y él le ha dicho que de Albacete no había salido. Ambos se han invitado a sus respectivos lugares de residencia y Juan le ha advertido que en Albacete hay mucho para ver “me llevo zapato plano y todo”.
Heinyel y Juan no han necesitado llegar al reservado para besarse con pasión. En el restaurante ha comenzado a sonar Rosalía y los dos se han dejado llevar. A ella le ha encantado que él fuera pasional y fuera despacito “igual luego es un animal”, y han tenido claro que iban a repetir.
Los jóvenes han cruzados sus meñiques y se han ‘pinky prometido’ que su segunda cita será en Albacete y puede que se ahí al altar.