A Sara no le gusta que su cita en ‘First Dates’ se duche una sola vez al día: “Hay que bañarse”
Sara tiene la costumbre que bañarse “Tres veces al día en invierno y en verano igual”
Marc busca en ‘First Dates’: “Una aventurera pirata para navegar en mi velero”
Jemina consigue que Lidia Torrent y Matías respiren tranquilos: “Podéis llamarme Sara”
Marc ha madurado, ha dejado a su Peter Pan en casa y ha venido a ‘First Dates’ en busca de una pirata aventurera con la que surcar los mares, y ha tenido mucha suerte. Sara no sabemos si es pirata, pero sí una gran aficionada al agua porque todo lo que no sea bañarse tres veces al día le parece poco.
Marc ha comenzado su paso por ‘First Dates’ reconociendo que antes se creía un Dios, pero que ciertos puntos de la vida le han hecho darse cuenta de las verdades y “ser más hombre, no tanta fantasía”. En el amor tuvo un relación larga que se acabó por su falta de madurez, pero tiene claro que la vida hay que compartirla y “busco a una aventurera, a una pirata” que se atreva a surcar las olas junto a él en su velero.
Jemina ‘Sara’ tuvo su última relación con tipo casado y tiene claro que es algo que no volvería a hacer “sufrí muchísimo”. Al saludarla, Lidia Torrent ha tenido serios problemas para repetir su nombre, pero ella le ha facilitado mucho la vida diciéndoles que le podían llamar Sara. Marc le ha gustado porque le gustan los chicos morenos con melena y es un tipo alto. Él también se ha sentido atraído por ella y ha querido saber de dónde era.
Sara le ha hablado a Marc de sus deseos de regresar a Barcelona y él la ha visto como una chica fuerte y segura. Algo que ella ha reconocido porque está segura de sí misma, no le debe nada a nadie y se siente pisando suelo firme. Él le ha contado que tuvo una relación de 5 años que perdió por su sentimiento de Peter Pan y que desde que comenzó a trabajar cambio la mentalidad y a los 27 comenzó a madurar.
Poco a poco, Marc y Sara han ido superando sus respectivos nervios y han empezado a conocerse un poquito mejor. Ella ha querido saber si él había convivido con alguna pareja y le ha encantado saber que sí y que era un tipo muy, pero que muy ordenado. Eso sí, no le ha gustado tanto que no se duchara nada más que una vez al día en invierno y dos en verano. “Hay que bañarse, hay que bañarse”, le ha dicho entre risas antes de confesarle que ella se baña tres veces al día en invierno y verano igual.
Marc ha pasado un tupido velo y se ha atrevido a decirle que estaba muy guapa y que le estaba gustando. Es algo que ha pensado al verla, pero que no encontraba el momento de transmitirle. Ella ha querido saber si Marc le hubiera abordado al verla por la calle y él le ha dicho que eso es algo que no se le da demasiado bien “soy más de encontronazos”. Sara no le ha creído del todo, pero no le ha importado porque ella no es de guiñar el ojo a los hombres por la calle y Marc parecía ser un tipo peculiar como ella.
Lo de Marc y Sara ha sido un flechazo en toda regla, pero su cita ha ido poquito a poquito. Ya casi en el postre, jugando al Rasca del amor ha comenzado a hablar de sexo. Ella le ha confesado que llevaba un año sin nada de nada y él lo ha entendido. En pareja a ambos les gusta tener sexo, pero no contabilizarlo “cuando surja”. Sara estaba encantada con el sentido del humor y los gestos de Marc y viceversa. Sin embargo, parece que el tema de los celos no les va a ayudar demasiado.
Los dos han tenido claro que querían seguir conociéndose y a ella le ha parecido una excelente idea que continuaran la cita conociendo un poquito mejor Madrid.