Micaela está de paso en España y no quería abandonar la península si probar el producto nacional y se ha encontrado con Jesús, un malagueño que no sabe por qué pero engancha y está convencido de la argentina regresará a Andalucía a buscarle. Le comparan con un satisfyer, no te contamos más.
Micaela es argentina, estudiante y lleva dos años dando vueltas por Europa desde hace dos meses. Busca a un chico que entienda que es una viajera y que acaba de empezar a conocer el mundo, y que en algún momento tiene que volver a su país. Prefiera que sea divertido, pero tiene claro que no se puede ir del país “sin probar el producto”.
Carlos Sobera ha tenido la sensación de que Jesús, su cita, ha entrado en el restaurante como los tigres “acechando, despacito” y es que Jesús sabe que no es Brad Pitt, pero se mira al espejo, se ve guapo y sabe que tiene su público. Sabe que está feo decirlo, pero él lo dice “lo primero que me fijo de un tía es el culo. Le miro la cara, luego el culo y después la conozco”.
Al conocer a Micaela ha sentido que las dos primeras cosas que ha mirado le han gustado, pero se ha asustado al saber que en una semana cogía un vuelo y seguía recorriendo mundo. Sin embargo, Jesús no sabe lo que es, pero es consciente de que tiene algo que engancha y no descarta que Micaela quiera regresar de Argentina para estar con él.
Jesús ha querido saber qué más ciudades había vistiado Micaela y se ha sorprendido al saber que ya había pasado por Barcelona, Ámsterdam, Brujas… “Eres Willy Fog”, pero ella no sabía quién era el personaje. Al saber que se había cogido un hostel en Nerja y que iba a estar cuatro días en su tierra, Jesús no ha dudado en ser un caballero español y ofrecerle su casa para que pasara los días que iba a estar en Málaga.
Respecto a sus anteriores relaciones, Jesús ha tenido claro que si Micaela no había estado con ningún español al conocerle a él “español, andaluz y de Málaga, igual se pide una excedencia y se viene a vivir conmigo que vivo solo”. Le ha intentado contar que tenía amigos que solo sabían hablar de motos y de coches, pero se lo ha dicho tan rápido que ella no se ha enterado de nada. Micaela le ha pedido que le hablara un poquito más despacio porque entre su velocidad y las palabras que no entendía, no se estaba enterado de nada.
Jesús lo ha entendido porque su madre también le dice que habla demasiado deprisa “cuando voy tan rápido y me como una palabra, me encasquillo y ya no puedo seguir”. Estaban muy cómodos juntos y se han atrevido con el Rasca del Amor. Jesús no ha entendido muy bien que la capacidad de Micaela de tener sexo varias veces en la misma noche fuera un talento sexual, pero él le ha dejado claro que él suyo reside en su boca “Me han comparado muchas veces con un Satisfyer, yo no sé lo que hace el Satisfyer, pero sí lo que hace mi boca”.
Asegura que le gusta tener sexo todos los días, pero Micaela tiene claro que en el tema de los hombres una cosa es lo que dicen y otra lo luego llevan a cabo. En el reservado han tenido un pequeño acercamiento, pero se han quedado sin beso robado en el fotomatón.
Ella sí quiere seguir conociendo a Jesús los días que le quedan en España y él le ha dicho que anule su habitación con otras nueve personas en el Hostel de Nerja porque está más que invitada a su casa. Le quiere enseñar Málaga y el arte de un malagueño.