Ángeles ha venido a ‘First Dates’ en busca de un hombre que le acompañe en su día a día y lo ha hecho, en compañía de su hija para que le dé el visto bueno. Ha estado casada 40 años, hace 10 que está divorciada y asegura que en su matrimonio lo tuvo todo hasta que a su marido se le fue la cabeza y lo perdieron todo. Ángeles se quedó sin nada y ha tenido que trabajar mucho para poder volver a recomponer su vida.
Un pajarito le había dicho a Carlos Sobera que a Ángeles le gustaban los hombres como Arturo Fernández y ella le ha confesado que sí y que también le gustaban como él “con el respeto de tu mujer”. José no es de un estilo ni de otro, pero es un hombre al que no le gustan los bares, que camina todas las mañanas y que tiene metas en la vida.
Al verle, Ángeles ha sentido que tenía una forma de vestir demasiado clásica para su gusto, pero le ha gustado su cara y saber que era gallego como ella. Han comenzado hablando de sus lugares de residencias y de sus profesiones. Se estaban gustando y se han mostrado muy relajados.
José le ha contado que había sido percebeiro y ella lo ha valorado mucho porque esos hombres se juegan la vida a diario. Él también es divorciado “lo bonito hay un momento que deja de serlo” y se ha sorprendido al saber que su cita estuvo 40 años casada.
La música ha comenzado a sonar en el restaurante y José y Ángeles se han dado cuenta de que se compenetraban muy bien al ritmo de la música “Se adapta bien y te calienta, en el buen sentido de la palabra, tiene sangre viva”. Él ha querido saber qué buscaba ella en un hombre y le ha dejado claro que él ya no era trabajador porque ya había trabajado lo suficiente.
Durante el postre, Ángeles le ha confesado que su droga era el chocolate y a él le ha parecido estupendo, pero le ha contado que no suele comerlo porque no le gusta la gordura. Ella se ha reído y le ha dicho “yo ya estoy como una vaca”. Algo con lo que él no ha estado de acuerdo “Estás como una ternerita”.
Tras descubrir que los dos buscaban lo mismo de una relación y que José podía ser el hombre atento que le llevara el desayuno a la cama a Ángeles. Carlos Sobera ha querido que el soltero conociera a Vanesa, la hija de su cita, quién le ha dado el visto bueno y ha sentido igual que su madre que el percebeiro era un buen hombre.
En el fotomatón, José ha pisado el acelerador y se ha lanzado a darle un buen morreo, pero ha frenado en seco al escucharla decir que ella quería respeto. Los dos han sentido que habían conocido a una persona muy especial a la que querían seguir descubriendo y directos desde el restaurante se han marchado a seguir disfrutando.