Eileen y David no se han gustado al verse y aunque han intentado durante toda su cita encontrar algo que les hiciera sentir un hormigueo que les recorriera de abajo arriba, solo se han dado cuenta de que no eran lo que el otro estaba buscando. Es más, ella está convencida de que a David le gustan los hombres y no se ha dado cuenta.
A David, Eileen le ha parecido una chica alta, guapa, muy bien vestida, pero no lo suficientemente esbelta que él esperaba. A él le gustan las chicas fitness y Eileen no era lo que estaba buscando ni esperaba encontrar.
Eileen ha intentado ser correcta con David y le ha contado que estaba trabajando de quiromasajista sin esperar que el fuera osteópata y también realizara acupuntura. Él ha ido directo al grano y le ha preguntado si tenía hijos. Eileen le ha contado que tenía dos, uno de 22 años y otro más pequeño que era muy bueno, algo que le ha dado igual porque “los hijos no se pueden devolver, ¿no? El bono de devolución caduca”. David ha tenido claro que él no quiere una pareja con hijos.
Al saber que a David le gustaba la bici, la soltera le ha contado que ella había dejado el deporte por un problema de desgaste de rodilla y que había cogido tres o cuatro kilo “cuando te miras ahí (hacía el escote) es porque todos los kilos han ido ahí”, le ha preguntado David convencido de que si los pechos grandes de su cita estaban mirando “ligeramente hacía arriba” serían bonitos, de lo contrario, no.
Sin embargo, a David parecía que le daba igual cómo fueran los pechos de su cita porque él la hubiera preferido “más baja, más delgada, más deportista, un poquito más joven, un poquito más sin hijos”.
Eileen le ha reconocido a David que alguna vez había fantaseado con alguien de su mismo sexo y él la ha entendido porque él había comprobado su sexualidad “Soy heterosexual porque lo he comprobado, con 20 años o así quise comprobar cómo reaccionaban mis hormonas”. Una prueba que para ella podía haber sido errónea “A mí, de entrada, me parece gay, para mí que le molan más los chicos que las chicas”. A Eileen le gustaría también comprobar la suya “Yo debería probarlo, tengo ese gusanillo” y David le ha animado a que lo hiciera “La mayoría de los hombres dice que son heterosexuales, pero no lo saben porque no lo han probado”.
Ambos en una relación buscan “equilibrio” y algo serio, ella se considera una mujer joven “¿A los 41 años te consideras joven?” y quiere disfrutar, pero no a lo loco.
Ya en el reservado, David a puesto a prueba a Eileen preguntándole por Seneca, Platón “Los estoicos, ¿no sabes quiénes son?”, pero al ver que la filosofía no era su fuerte, le ha propuesto bailar salsa y le ha demostrado su paso maestro “Con este me suelen dar el teléfono”. Momento en el que Eileen ha tenido claro que David “la tiene pequeña”. Asegura que tiene un ojo clínico para el tamaño de los penes de sus citas y no suele equivocarse “nada de juguetonas, la prefieron manganzona y yo la enseño a jugar”.
En el momento de la decisión final, David ha notado a Eileen un poco decepcionada y le ha soltado un “¿Te gustan con melenas?” y sin esperar que un segundo después ella le confesara que tenía la sensación de que a él le gustaban más los chicos. Ella sabía que él le había dicho que no, pero algo le decía que ella no era lo que buscaba.
“¿Te he parecido poco hombre? ¿Poco varonil?”, ha preguntado David ante la confesión de su cita e intentado tomárselo con mucho sentido del humor. Eileen ha sentido que quedaría con él como amigo porque tenía conversación, pero ella busca a un hombre que le haga sentir eso por dentro. Antes de que David contestara, Eileen ha respondido por él y ha dicho que él tampoco quería repetir y tras un “manipuladora”, él ha confesado que la soltera tenía razón “Yo necesito que la mujer sienta eso de abajo arriba sin acercarme”.