Óscar se viene arriba y tira la mesa en ‘First Dates’: “Me muero de la vergüenza”

  • A Óscar no le gustan los albañiles, pero sí sus manos: “Me gustan las morcillonas”

  • Michele no es el hombre dominante de manos grandes que Óscar está buscando

  • Óscar es muy activo sexualmente: “He sido más puta que las gallinas, he estado con más de cien tíos”

Óscar ha llegado a ‘First Dates’ en busca de un chico alto y de manos grandes que le “dominara” y ha exclamado un “¡Qué milagro!”, al ver Michele, su cita. Sin embargo, en el momento que se han empezado a conocer la cosa se ha torcido y eso, que el soltero estaba tan arriba que ha terminado tirando la mesa y todo.

Óscar asegura que le gusta a los hombres porque es “alto, guapo y moreno” y nos ha confesado que le encanta una tarima “bailar, reír, sudar”, es muy fan de una fiesta, una verbena de pueblo o cualquier fiesta en la que pueda darlo todo. Al ver a Michele ha exclamado un “Un chico alto, ¡Qué milagro!” y eso que todavía el italiano no le había cantado un tema de Eurovisión para sorprenderle como le había pedido Carlos Sobera.

A primera vista se han gustado pero según iban surgiendo temas de conversación, la cosa se iba torciendo entre ellos. El baile es fundamental en la vida de Óscar y Michele mucho ritmo no tiene. Quizás por el idioma o la timidez, pero el soltero ha sentido que tenía que tirar todo el rato de Michele y a él le gusta que el dominen.

En el terreno sexual a Óscar le gusta que le dominen y siente una atracción especial por las manos “No me gustan los obreros, pero sí las manos de obrero, las manos morcillonas”. Le gusta jugar, que le toquen, pero no le gusta cualquier tipo de mano “las de Michele, no”, él prefiere “Una mano grande que te agarre todo el cachete, que te acaricie la cara…”.

Teniendo claro que no iban a llegar a nada juntos, cuando han entrado en el reservado se han venido arriba y se han puesto a bailar como locos. Michele no baila muy bien y Óscar se ha convertido en su profesor de baile, y se ha tomado tan en serio que ha terminado tirando la mesita con el postre y la bebida al suelo. “Me muero de la vergüenza”, ha asegurado el soltero que no sabía dónde meterse.