Tras una cena muy fluida y de sincerarse sobre lo que ambos estaban sintiendo, Ángela y Juan Manuel se han tomado un cóctel en cubierta, han hablado de comida, de comerse cosas en horizontal, han bailado y sobre todo, se han dado cuenta de que querían seguir conociéndose mucho mejor. Ángela ha encontrado al señor que estaba buscando y aunque ha intentado hacerse la recatada y ser prudente, Juan Manuel se ha lanzado a sus labios y no ha podido contenerse.