Más que navegar sobre las olas del amor, la cita de Ramón y Ana se ha ido poco a poco hundiendo en el océano. Ramón estaba encantado con Ana y le ha invitado a dar un paseo, pero cuando se han sentado junto a la cubierta y ha comenzado una tormenta eléctrica, Ana casi sale corriendo. Ramón le ha confesado a su cita que lo estaba pasando bastante mal porque le daban miedo los rayos y ella ha tenido claro que Ramón no era un hombre para ella. A Ana le gusta salir de fiesta y tiene un carácter demasiado fuerte para Ramón: “No eres para mí te meriendo vivo”.