Guillermo empezó a bailar con 4 años, pero no fue hasta los 14 cuando entró en el Conservatorio Profesional de Danza Luis del Río en Córdoba.
Es un chico simpático, humilde, gracioso, cabezón, generoso y cariñoso. Guillermo es un niño inquieto, que no calla y no para.
El sueño de su vida es bailar y bailar sin parar de aprender y poder vivir de ello.