La dureza de la italianos durante el encuentro fue aumentando. Ya se había librado Pobega de la expulsión por un manotazo de Mingueza y rozando el final con la tensión a flor de piel el colegiado alemán decidió sacar la cartulina roja. Scamacca sacaba el brazo al lateral del Barça y ya tenía amarilla por lo que era expulsado.
Rovela que pasaba por ahí y tenía ganas de jaleo se encaró a Mingueza y de repente el jugador italiano se fue al suelo. El árbitro cayó en la trampa y terminó señalando la tarjeta roja a los dos jugadores implicados. El jugador de Italia consiguió su propósito al parar más el partido y dejar al rival con uno menos cuando no había hecho nada.