Después de que Alemania consiguiera la igualada ante Inglaterra, Aidy Boothroyd, seleccionador inglés, quiso dar nuevas instrucciones a sus jugadores. Algo de lo que estaba viendo sobre el césped no le estaba gustando, y decidió hacer las modificaciones pertinentes de una forma peculiar. Anotó todas las indicaciones en un papel y se lo entregó a Abraham, que se encargó de hacer llegar el texto al resto de sus compañeros.