Grecia llegaba a los octavos de final como una de las principales candidatas al título. En la fase de grupos no había tenido que exprimirse pero en octavos no hay tiempo para la relajación. Los belgas no tenían nada que perder, no eran los favoritos y Lojeski arrancó con la muñeca caliente. Grecia marcó su ritmo desde el inicio, con calma pero como haciendo daño en la pintura. Koufos se impuso en los tableros y los griegos basaron su juego en el interior.

Bélgica cambió a zona para hacerse fuerte dentro y dejar más libertad a los exteriores griegos, que no arrancaron acertados, hasta que con un triple Zisis puso la primera ventaja seria (23-15). Hubo reacción de Bélgica. Cinco puntos seguidos de Tabu volvió a apretar el encuentro. Los belgas jugaban más por fuera y los tiros les estaban entrando. Van Rossom era el que mandaba y aunque de tres falló los cuatro tiros que intentó, los lanzamientos a media distancia le llevaron a ser el máximo anotar de su selección al descanso con 10 puntos.

En Grecia, Koufos fue el más destacado pero iban a necesitar de sus exteriores para romper el partido. Spanoulis se dio cuenta y con cuatro puntos seguidos en el tercer periodo dio un pequeño estirón. Bélgica no se arrugó Van Rossom respondió con un triple (40-36) y con los rebotes ofensivos y segundas oportunidades en ataque se mantuvo en el partido.

Los griegos pusieron más intensidad atrás y con un Spanoulis lanzado se distanció en el marcador. Bélgica intentó frenar la racha con un tiempo muerto pero la dinámica griega ya era imparable.

En el momento en el que se puso seria, Grecia rompió el partido y no dio opción a los belgas de meterse en el encuentro. Al último cuarto entró con 15 puntos de ventaja y el pase a cuartos de final en el bolsillo.

Bélgica comenzó a precipitarse en ataque, los triples no entraron y la calma griega les llevó a la victoria sin demasiado sufrimiento. Ahora, en cuartos de final espera España.