La estrella alemana Dennis Schroder no pudo contenerse tras vencer a Polonia por 82-69 en el partido por la medalla de bronce. El alemán fue el mejor del partido con 26 puntos y 6 asistencias llevando a su equipo a una medalla que no conseguían desde hace 17 años.
Tras el pitido final, Schroder se abrazaría con todo el cuerpo técnico y posteriormente con sus rivales viéndole visiblemente emocionado. El alemán no perdería la sonrisa y jugaría unos segundos con los hijos de su compañero de equipo Theis. Finalmente Schroder junto al resto de su equipo reiría ya con la medalla colgada para celebrar un bronce más que satisfactorio.
Un premio merecido a uno de los jugadores más carismáticos del torneo.