Italia y Serbia se disputaban una plaza en los cuartos y la igualdad sobre la cancha era máxima. La tensión también se respiraba en el ambiente y eso le llevó a Gianmarco Pozzecco a recibir la primera técnica en el primer tiempo.
Una falta a uno de sus jugadores hizo que la ira brotara de nuevo en el seleccionador italiano y de nuevo los colegiados le pitaron una técnico que le llevó a la descalificación del partido. Pozzecco salía de la cancha y no podía evitar derramar alguna lágrima al saber de la importancia que esto podría suponer para su equipo.