Unai ha comenzado esta última aventura con mala pata, literalmente. Nuestro expedicionario favorito tuvo un tropezón montando en bicicleta y el resultado no ha sido otro que un esguince, ¡ups! Sin embargo, Unai no está dispuesto a perderse una aventura tan emocionante. A pesar del viento y de tener que remar contras las olas, Unai ha sido trasladado en canoa durante el trayecto que el resto de la familia ha tenido que hacer a pie. Sea como sea, él también quiere ver al gran buey almizclero.
Cuando menos lo esperaban, cuando estaban descansando y reponiendo fuerzas, un buey almizclero ha hecho su aparición. Andoni ha salido corriendo, cámara en mano y en compañía del guía, para no perderlo de vista y lograr fotografiarle. Parecía una tarea difícil pero... ¡un ejemplar a escasos cuarenta metros de distancia! Cuando Andoni ha regresado al campamento y les ha contado lo sucedido Unai apenas podía creerlo. ¡Menudo momento para caerse de la bici y hacerse un esguince!
La aparatosa caída de Unai ha provocado que el aventurero se haya pasado la primera mitad del viaje con muletas pero había llegado el momento de ir al médico y comprobar si ya podía deshacerse de ellas. Parece ser que sí, Unai ya está para correr junto a su familia en busca del gran buey almizclero, y piensa hacerlo.
La familia Canela Margarit ha vivido un momento que jamás olvidará. Pese a que en el destino de su travesía no iban a encontrar bueyes almizcleros, lo cierto es que no podían dejar pasar la oportunidad de... ¡visitar el casquete polar ártico! Sí, Unai y su familia ha disfrutado de un mágico paseo por la superficie helada del casquete. ¡Amaia se sentía cómo una auténtica princesa del hielo! Ha sido un momento realmente mágico.
Pese a que Andoni, Amaia y Meritxell habían visto más de un buey almizclero, el padre de Unai tenía un propósito muy claro: fotografiar una manada de este magnífico animal. Con mucha paciencia, una gran caminata y siendo sigilosos, finalmente han conseguido fotografiar un grupo de bueyes compuesto por seis adultos y dos crías. "No mucha gente puede decir que ha estado frente a una manada de bueyes almizcleros, ha sido impresionante", nos contaba Unai exultante.