Tara quiere convertirse en una Avatar. Esta joven de 31 años se ha sometido a un múltiples transformaciones físicas para cumplir su objetivo. Lleva la cabeza tatuada, los ojos tatuados de negro, colmillos, lengua bífida, orejas de elfo y está pensando en ponerse cola.
A los 13 años comenzó a tatuarse a escondidas de su madre. No se sentía a gusto con ella misma hasta hace pocos años. “Ahora me siento que soy yo, me veo más guapa que nunca”, explica. Tara calcula que en su conversión a Avatar llevará invertidos unos 12.000 euros.
Aunque a Tara su transformación le ha traído grandes cambios positivos, también ha tenido que afrontar consecuencias negativas. A penas tiene relación con su familia desde hace 6 años, solo con su padre. Las puertas del mundo laboral también se le han cerrado y su única salida ha sido hacer contenido para adultos en una conocida plataforma.