En el año 1990, la Organización Mundial de la Salud dejó de considerar la homosexualidad una enfermedad. Existen siete países en el mundo que prohíben expresamente las terapias de conversión a la haterosexualidad. Son Malta, Francia, Alemania, Brasil, Ecuador, Israel y Nueva Zelanda.
En España, están sancionadas por ley sólo en cuatro Comunidades Autónomas: Madrid, Aragón, Comunidad valenciana y Andalucía. Pero el pasado mes de junio, el Gobierno dio un paso adelante y aprobó en anteproyecto de ley LGTBI, que prohibirá de manera expresa las terapias para la conversión de gays y lesbianas.
Un miembro del equipo de en 'El Punto de Mira' se ha hecho pasar por un joven con problemas para aceptar su sexualidad.
Al reportero le atiende la psicóloga que trató de 'curar' a Aitor, un joven que intentó 'curar' su homosexualidad en terapias de conversión. Tras una primera sesión, inmediatamente le detallan sus tarifas.
Siete días después, tenemos una cita en el centro y nos atiende otro psicólogo diferente. Según este presunto profesional, si al redactor no le gustan las chicas es porque sufre un bloqueo.
Una semana después y en una nueva cita, al compañero del programa le atiende otro psicóloga diferente. Esta presunta profesional dirige un centro de acompañamiento y formación de adultos, jóvenes y adolescentes en Valencia. Asegura ayudar a conocerse, crecer como persona y madurar para ser mujer u hombre. Como psicóloga, está especializada en la educación afectivo-sexual.
Encontramos su nombre ligado a una organización católica-conservadora que celebra conferencias sobre las relaciones afectivas.
Tras la homosexualidad del periodista, la psicóloga busca traumas como abusos sexuales y ausencias paternas, pero las respuestas del presunto paciente rompe sus esquemas de la homosexualidad. Para que el redactor consiga "desbloquearse", le dice que debe quedar con chicas aunque no se sienta atraído por ellas.
Según esta psicólogas, estas heridas pueden provocar 'AMS', atracción por el mismo sexo. Pone la homosexualidad al mismo nivel que las adicciones y la violencia. Sus charlas han estado también en el punto de mira político y hace unos meses se cuestionaba su contratación para dar cursos de sexualidad en un colegio por su cercanía a movimientos ultraconservadores.