En España existe un importante número de juguetes peligrosos al alcance de los niños, pese a la voluntad de ministerios, comunidades autónomas y Fuerzas de Seguridad del Estado para impedirlo. La próxima entrega de ‘En el punto de mira’, que Cuatro estrenará mañana 14 de febrero, mostrará que estos juguetes ilegales y perniciosos para la seguridad de los más pequeños siguen estando a la venta.
El precio de la seguridad
Jugar con según qué juguetes no es cosa de niños. La mayor parte de estos juguetes peligrosos se fabrican sin ningún control de seguridad fuera de nuestras fronteras. España es el tercer productor de juguetes de Europa. Aún así, se importa 171 toneladas de artículos jugueteros al año y el 85% procede de China.
Todos los juguetes que se venden en España deben tener un certificado europeo, un CE visible en la etiqueta del producto. Este sello, en principio, garantiza que el fabricante ha diseñado el juguete según las normas de seguridad de la Unión Europea, pero a lo largo del reportaje los espectadores descubrirán que hay fraude en torno a ese sello y que algunos fabricantes chinos lo falsifican y consiguen colocar sus productos sin pasar ningún control. ¿Son realmente peligrosos estos juguetes para nuestros hijos? Los reporteros Ricardo Pardo y Verónica Dulanto investigan por dónde entran estos juguetes, cómo se persigue al que los comercializa y los riesgos que representan para los más pequeños de la casa.
Desde el Puerto de Barcelona, efectivos del Ministerio de Hacienda y el de Economía, junto a los servicios de control de aduanas despliegan sus fuerzas para vigilar la calidad de los productos que entran. También la Guardia Civil, con chequeos en polígonos y bazares, se suma a esta operación e intercepta muchos juguetes peligrosos. Por su parte, las Comunidades Autónomas advierten de la necesidad de que estos productos tengan las certificaciones necesarias. A pesar de todo este esfuerzo, solo se puede someter a mecanismos de control entre un 20% y un 22% de los juguetes que entran en nuestras fronteras. Uno de los problemas principales que se encuentran los controladores es que son difíciles de detectar porque muchos de estos productos llevan falsificado el certificado de la CE.
Las cámaras de ‘En el Punto de Mira’ graban el testimonio de una madre en León que perdió a su hijo por asfixia al meterse en la boca una de la piezas que integraba el juguetes. Diez años después del caso, los reporteros del programa comprueban que este artículo se sigue vendiendo en tiendas. El programa ofrece también el testimonio de una madre de Badajoz que casi pierde a su hija por un disfraz que ardió en 20 segundos. Existe una red de alertas que tipifica los juguetes peligrosos. Un equipo del programa acompañará a la Policía de Madrid para comprobar si esta red funciona, comprobando de nuevo que muchos juguetes tipificados de peligrosos siguen a la venta.
Garantizar que un juguete sea seguro cuesta dinero: tiene que superar tests y certificaciones reales que encarecen los productos unos 1.000 euros por modelo. En un laboratorio de A Coruña ‘En el punto de mira’ graba cómo se realizan distintas pruebas a los juguetes para garantizar su idoneidad y cómo los que no pasan el control son retirados del mercado. Muchos importadores, sin embargo, consiguen burlar los controles porque pasado un tiempo estos productos vuelven al mercado.