Esta semana, ‘En el punto de mira’ se adentra en el mundo de las cárceles, de los condenados, y más concretamente en el mundo de los presos arrepentidos. Algunos de ellos efectivamente han pedido perdón por su necesidad de redención, pero otros simplemente buscan una rebaja de condena.
Jesús fue condenado cuando tenía 25 años por el asesinato de un joven en la feria de Sevilla: “Un amigo y él robaron la chaqueta a un chico, cuando este intentó ir tras ellos le asestaron una puñalada en el corazón que acabó con su vida”.
Jesús se ha reunido con Ana Terradillos en uno de sus permisos penitenciarios: “Me condenaron por un asesinato en 2009, estábamos en la feria de Sevilla bebiendo y hubo una pelea por una chaqueta (…) Maté a un chico, a Juan, con un cuchillo jamonero que se clavó lamentablemente en su tórax”.
Jesús ha relatado el escalofriante momento en el que acabó con la vida de Juan, pero no menos escalofriante han sido las palabras de los padres de Juan: “Nos arrebató a nuestro hijo pero está pagando su condena, está en prisión y está sufriendo, nos ha pedido perdón”.
Los padres de Juan son un ejemplo de bondad: “Nosotros queremos que se le dé una segunda oportunidad a ese chico, cuando nos vimos por primera vez lo que me salió fue abrazarle, estaba llorando pidiendo perdón”.
Gracias al encuentro entre los padres de Juan y Jesús, el asesino confeso del joven se ha convertido al cristianismo: “Cuando les vi fue como entrar en el cielo, ellos me acercaron al Señor, me abrazaron y me consolaron ellos a mí”.