Hace once años Ángeles Zurera desapareció en mitad de la noche sin dejar rastro. No cogió ninguna pertenencia, ni ropa de abrigo ni las gafas que tanto necesitaba por su miopía y astigmatismo.
En la casa donde residía sigue viviendo su hijo, Daniel Reina. Para él, el responsable de la desaparición de su madre es su padre. "Yo creo que vinieron aquí por ella y se la llevaron a la fuerza. Mi madre con vida no va a aparecer por todos los indicios que hay", relataba.
"Yo hasta el día que me muera voy a seguir buscándola. No me rindo", sentenciaba.