Mercé Passola lleva 26 años comiendo únicamente comida cruda. Esta catalana lleva desde los 52 años alimentándose sin cocinar y lo comenzó a hacer por salud: “Llegué a la menopausia y nadie me daba soluciones para encontrarme mejor, probé todo tipo de medicinas y lo único que me hizo sentir mejor fue comer crudo”.
Mercé, de la noche a la mañana, dejó de comer de todo para comer solo verduras crudas: “De un día para otro dejé de encontrarme mal y me llené de vitalidad, tenía energía para todo y no me dolía nada”.
En casa de Mercé no solo ella es crudivegana, su marido y su hijo también practican esta forma de alimentación: “El último entrecot que me comí fue en los años noventa”. En su vivienda, esta familia catalana dispone de un huerto del que saca todo lo que necesita para vivir: “Los fogones los tenemos por si hay que calentar agua o algo así”.
Boro Barber se ha sentado a la mesa de esta familia y ha degustado una sopa de anacardos, un timbal de brotes de la huerta y chocolate de anacardos y agave: “Estoy alucinando, está todo buenísimo y sabroso, no lo esperaba”.