Normalmente cuando hay una plaza libre se cubre a través de la Bolsa de Trabajo y el profesional que la ocupa es el más cualificado, el primero de la lista. Pero, muchas veces, esas personas no interesan y surgen las presiones y amenazas para que los elegidos renuncien a su plaza y sea entregada a dedo a la persona que el hospital quiere. Es el caso de una anestesista y un traumatólogo en Valencia, que presentaron las grabaciones para demostrar estas irregularidades que, por cierto, son delito.