El dos de agosto de 2012 tenía lugar en Santiago de Compostela un fatídico accidente. Un piloto y su compañero fallecían tras estrellar su avión en un bosque cercano a la ciudad gallega. Tras dejar un órgano en un hospital, el piloto y el copiloto de la aeronave privada murieron trágicamente.
Aún hoy son muchas las dudas que rodean el accidente pero Sofía, madre del piloto fallecido, tiene muy claro lo que pasó. Tal y como ella misma nos ha contado, tanto su hijo como el copiloto que le acompañaba trabajaban para una empresa de vuelos privados que solía hacer transportes para organización nacional de trasplantes. Aquel día, tanto su hijo Álex como Daniel apenas habían descansado: "Fueron de Avilés a Santiago, de Santiago a Avilés, de ahí a Oporto y después de nuevo a Santiago, sin descansar, no les dejaron descansar, y todo eso lo hacía por 1.200 euros al mes".
Sofía explica con gran dolor que tan solo un día antes del accidente su hijo Álex le llamó por teléfono para decirle que se quedaría a dormir en Santiago. "Y allí se quedó para siempre". Sofía explica con la voz entrecortada que el dueño de la compañía la llamó a las dos de la mañana para decirle que su hijo había muerto "Tanto Álex como su compañero eran muy responsables y muy metódicos, no sabemos lo que pudo pasar pero el compañero de mi hijo había mandado un mes antes una carta a la empresa con una lista interminable de fallos del avión, desaparecieron los ipads y las anotaciones de mi hijo y su compañero, y ellos lo apuntaban todo".