El fin de las mascarillas llega este miércoles. El Consejo de Ministros suprimirá el martes la norma que obliga a llevar el cubrebocas en espacios interiores, por lo que a partir del miércoles ya no será obligatoria. Hay excepciones: en el transporte público, los centros sanitarios, las residencias de ancianos y las farmacias tendremos que seguir llevándola. En los centros de trabajo, la decisión será de la empresa y del departamento de prevención de riesgos.
José Antonio López Guerrero, director del grupo de Neurovirología de la UAM, cree que “falta algo de pedagogía sobre qué hacer después del miércoles, porque el hecho de que deje de ser obligatorio [ponerse la mascarilla] no significa que sea obligatorio no llevarla”, ha explicado. Para él, lo que debería imperar es “el sentido común”.
El experto cree que la situación que estamos viviendo ahora mismo en España no se corresponde con una pospandemia, sino que más bien recuerda a cómo era la vida antes de que llegase el covid. Eso es lo que indican los macroconciertos, que haya aglomeraciones en los campos de fútbol o los desplazamientos masivos de esta Semana Sanata.
“Esta relajación de las medidas va a suponer un aumento de la transmisión del virus”, advierto López Guerrero. Aun así, cree que es acertado poner el foco no en los contagios, sino en la presión hospitalaria.
En la última semana hubo 161 fallecidos por covid, pero el experto cree que va a ocurrir lo mismo que con la gripe: en España mueren unas 10.000 personas por esta enfermedad, pero se asume. “Es una decisión triste, pero será parecida con este virus”, ha finalizado.