María Ballesteros, hija de una familia que lleva casi 30 años con el negocio de Vinos el Tendal, ha sido una de las afectadas por el incendio de La Palma. El fuego ha acabado con 4 de las 5 fincas que la familia disponía para cultivar uva, el edificio en el que se elaboraba y el establecimiento en el que se servía.
"Una vida entera de trabajo de mis padres perdida. Lo estamos llevando ahora mismo con una adrenalina, y un apoyo de la gente bastante bueno. Ahora con muchísima fuerza, es cierto que cuando pase esta catástrofe, dentro de unas tres semanas, va a venir el problema", explica.
"Me voy a atrever a decirlo directamente. La gente se olvida muy pronto del mal de la gente y lo dura va a venir después. Ahora mismo estamos mas fuertes que nunca. Ahora mismo, todas las perdidas no se pueden contabilizar. Es muy pronto para decir una cifra exacta. Hemos perdido concretamente la ubicación, el edificio donde se elaboraba el vino y e embotellaba y el origen donde nacía. También las viñas. Están casi todas muertas. No tenemos uva, no tenemos lugar de la elaboración, no tenemos nada", deja claro.