El pasado lunes comenzó el juicio contra Francisco Javier Almeida, más conocido como el ‘monstruo’ de Lardero. Un depredador sexual al que se le acusa de la muerte del pequeño Álex.
‘En boca de todos’ se ha desplazado hasta Logroño para hablar con Gonzalo Martín, tío de la víctima del ‘Monstruo de Lardero’, quien ha estado presente en el juicio y se ha quedado durante todas las declaraciones.
‘’Yo desde el primer momento he decidido quedarme y me voy a seguir quedando, ya lo he dicho anteriormente. Cuando tenga que cerrar los ojos, los cerraré, cuando me tenga que tapar los oídos me los taparé’’, y nos asegura que la familia nunca va a dejar solo a Álex.
Gonzalo Martín nos cuenta cómo se encuentra el padre de la víctima: ‘’Él sabe antes de la declaración que se iba a enfrentar al presunto asesino de su hijo, y una vez que ha entrado a la sala y se ha sentado a unos dos metros del presunto asesino, ver por primera vez la silueta, la cara de este presunto asesino’’.
Nacho Abad ha querido saber si sienten ira hacia el asesino de Álex, el portavoz de la familia ha contestado muy tajante: ‘’Sí hombre, nos la genera a todos nosotros. Pero vamos a ser prudentes, palabras para decirle a esta bestia, a este monstruo, cincuenta mil. Lo que pasa que somos una familia prudente y nos lo vamos a callar, pero si algún día las tenemos que decir, lo haremos, porque es durísimo ver lo que estamos viendo, pero ira y rabia también’’.
Gonzalo ha explicado que la herida que les ha causado no se va a cerrar en la vida, pero que, con la condena del asesino, van a tener que empezar a vivir una vida diferente sin Álex: ‘’Así la familia no puede vivir toda la vida, para eso, bajo mi punto de vista, es mejor estar muerto a vivir con este dolor y con esta pena, le recordamos las 24 horas del día desde hace 17 meses, pero tenemos que poner un punto o aparte o seguido y cambiar el tipo de vida, pero no le vamos a olvidar jamás’’.
El tío de Álex ha querido explicar que pese a que sus padres están sufriendo un gran dolor, el día a día se lo dedican por completo a su hijo pequeño, porque el niño está sufriendo muchísimo y creen que deben ofrecerle una vida lo más normal posible.