El presunto asesino de Romina Celeste, en libertad por retraso de la justicia: "Lleva cuatro años esperando un juicio"
El marido de Romina Celeste es puesto en libertad por culpa de un retraso de la justicia.
Tras pasar cuatro años en prisión provisional, el principal acusado es puesto en libertad.
La abogada de la familia de Romina explica qué ha sucedido para que sea puesto en libertad.
Romina Celeste fue asesinada, mutilada, carbonizada y lanzada al mar en Lanzarote en la Nochevieja de 2019, cuando tenía 25 años. Su marido fue acusado por este crimen (él mismo confesó que lanzó el cuerpo al mar por miedo) y ahora va ser puesto en libertad ante la incomprensión de la familia de la víctima. Hablamos con Emilia Zaballos, la abogada de la familia.
La instrucción se ha dilatado tanto que, aunque en un principio el próximo lunes 16 iban a solta al principal acusado, lo cierto es que ya ha sido puesto en libertad. El problema es que se lleva esperando un juicio durante cuatro años para este crimen (ha cumplido el máximo establecido para la prisión provisional) y ahora se produce un giro de lo más doloroso para la familia de Romina.
Hablamos con la abogada de la familia de la víctima
Emilia Zaballos interviene en directo con ‘En boca de todos’ para lamentar este hecho, pues considera que hay pruebas suficientes para culparlo (él solo asegura que lanzo su cuerpo a mar tras encontrarla sin vida). ¿De quién es la responsabilidad de que esto haya sucedido, que se ponga en libertad por no haberse celebrado el juicio?
La aboga apunta directamente al juzgado, al Ministerio de Justicia, porque "ha habido un retraso y demoras por pedir pruebas innecesarias”: “El abogado de la defensa ha utilizado la estrategia de dilaciones presentando recursos sin fundamentos e incomprensible para seguir en la instrucción y retrasarlo”.
Este hombre queda por tanto en libertad, pero recordemos que caen sobre él las siguientes acusaciones: dos delitos de lesiones graves, dos delitos de denuncias falsas, profanación de cadáver y asesinato. Se enfrenta a más de 25 años y existe un riesgo de fuga alto. “No podemos recurrirlo, porque la libertad no se va a cambiar, pero podemos reclamar las medidas cautelares”, segura Emilia.