La transición a la comunicación digital está siendo un camino con bastantes tropiezos y más de un batacazo para todos. Para los profesionales de la comunicación este proceso no tiene porqué ser más sencillo. Las redes sociales se han convertido en los canales principales en los que consumimos noticias, siendo gran parte de ellas relatos de ficción más que de actualidad. Hablamos con el periodista y criminólogo Nacho Abad de todo esto y, como muchos compañeros de profesión, tiene sentimientos encontrados:
“Las redes sociales tienen cosas buenas y cosas malas, y las cosas malas son terroríficas. Los linchamientos vía red social me horrorizan, me horripilan… porque son linchamientos en base a cero reflexión. Es seguir la corriente”, explica Abad. “Pero luego las redes sociales tienen grandes cosas. De repente alguien necesita ayuda, se viraliza y se consigue esa ayuda. Alguien pierde algo, se viraliza, y consigue encontrarlo. Tienen un altavoz enorme para los casos de desapariciones, por ejemplo”. Lejos de caer en el catastrofismo y el pánico tecnológico, Nacho entiende las redes por lo que son: plataformas: “No hay nada bueno ni nada malo: la clave es saber utilizarlas”.
Los bulos a nivel informativo no son un invento nuevo, pero la capacidad de difundir información manipulada o directamente inventada que otorgan las redes sociales sí que son algo que no habíamos experimentado hasta ahora. ¿Es posible engañar a los propios periodistas con fake news? Pues, desgraciadamente, sí: “Hasta a mí hay veces que las fake news me engañan”, nos confirma Abad. “Me engañan porque no son materia mía, entonces de repente te crees algo que no es verdad. Gracias a Dios en mi materia yo voy mirando y puedo averiguar, gestionar, preguntar si es verdad o es mentira, contrastar… Pero, sinceramente, hay noticias falsas vertidas a través de la red que a mí también me engañan cuando son de ámbitos que yo soy ajeno: esencialmente política”.
20 años lleva Nacho en esta profesión en la que a veces es imposible no llevarse el trabajo a casa, "Se gestiona mal y claro que me he llevado cosas a casa, cosas que he compartido con mi mujer”, confiesa. “Aprendes a separar y a respetar la faceta familiar y laboral". El caso que ha marcado que más le ha marcado a nivel personal y profesional es, sin duda, el de Marta del Castillo. Su cobertura y profunda implicación derivaron en una estrecha amistad con el padre de Marta, Antonio. El documental sobre el caso de Marta del Castillo, '¿Dónde está Marta?, estrenado el pasado ano en Netflix en el que Abad ejerció como periodista y productor, supuso un trabajo de investigación tan en profundidad que llevó a la reapertura del caso: "Todos los casos te marcan de una manera u otra, pero este documental me hizo muy feliz. Se empezaron a recibir cientos de llamadas aportando información". Lamentablemente, esta semana se supo que el caso se cerraba.
La Audiencia de Sevilla ha cerrado la búsqueda del cuerpo de Marta del Castillo, que estaba abierta desde 2009, porque considera que el plazo de la investigación ya ha caducado. El Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla, que había autorizado el análisis de los móviles de Carcaño y la joven en abril de 2021, decidió archivar el procedimiento. La decisión de cerrar el caso Marta del Castillo trece años después del asesinato no impedirá que se retome la búsqueda del cuerpo si aparecen nuevos indicios.
Cuando Marta del Castillo desapareció el 24 de enero de 2009 en Sevilla tenía solo 17 años. El 13 de febrero fue detenido Miguel Carcaño, que confesó el día 14. En su primera versión, Carcaño, de 19 años entonces, dijo haber tirado el cuerpo de Marta Guadalquivir. No fue el único detenido, Samuel Benítez Pérez y Javier García, 'El Cuco'. Además de a su hermano por parte de madre, Francisco Javier Moreno, y la novia de este, María García, también pasaron a disposición policial. También su hermano Francisco Javier y su novia, María García. Tampoco fue la única versión: la historia de qué había pasado con Marta fue cambiando sin cesar. Su cuerpo, todavía, sigue sin ser encontrado.
Miguel Carcaño, principal acusado, fue condenado por el asesinato de Marta ya que se encontraron restos de sangre de la víctima en su chaqueta. Fue condenado a 21 años y 3 meses de prisión, cumple condena en Herrera de la Mancha (Ciudad Real). Ha pedido hasta en 30 ocasiones su puesta en libertad, que no le ha sido concedida. En 2030, si nada cambia, saldrá de la cárcel. Recientemente fueron ‘El Cuco’ y su madre, Rosalía Inmaculada García los que volvieron a sentarse en el banquillo de los acusados, en esta ocasión por un delito de falso testimonio durante el juicio realizado en 2011. ‘El Cuco’ ha reconocido que mintió: sí estuvo en el piso donde Marta fue asesinada. Ambos han sido condenados a dos años y medio de prisión y a pagar 15.000 euros de indemnización a cada progenitor de la víctima.