A comienzos de los años 90, José María Ruiz-Mateos inicia una nueva etapa en su lucha contra el gobierno socialista. Para combatir contra los que él consideraba sus enemigos establece una red de espionaje a gran escala siguiendo el ejemplo de los servicios secretos del Estado.
Bajo el nombre de ‘Centro de Investigación de Escándalos Políticos y Financieros’, Ruiz-Mateos y su equipo realizan informes con los que acosan, chantajean y extorsionan a los hombres más poderosos del país.
Algunos de esos trabajos proporcionan grandes victorias para el empresario, como la encarcelación de un gran enemigo: el gobernador del Banco de España, Mariano Rubio.
Ruiz-Mateos llegó a alquilar en Pozuelo, Madrid, un chalé en frente al de el presidente del Gobierno y principal enemigo Felipe González. En esa casa montó el centro de operaciones de las investigaciones que estaba realizando para supuestamente contra la corrupción.
Toda esta lucha contra la corrupción no hubiese sido posible sin la ayuda de Víctor de la Cruz. El que fuera chófer y hombre de confianza ha dado todos los nombres y apellidos de las personalidades a las que se investigaron.