Isabel Preysler y Miguel Boyer fueron objetivo de Ruiz-Mateos: ¿qué hizo al enterarse de los primeros encuentros de la pareja?
La pareja Boyer-Preysler se convirtió en una obsesión para el empresario, quería boicotearla
El empresario filtró el teléfono de Miguel Boyer, soltó gallinas y puso una pirámide de retretes enfrente de la casa de la pareja, entre otras cosas
Así se fraguó el famoso ‘Que te pego, leche’ de Ruiz-Mateos a Miguel Boyer
Ruiz-Mateos protagonizó el conocido 'que te pego, leche' con Miguel Boyer, momento desde el que estuvo en búsqueda y captura. La pareja Boyer-Preysler se convirtió en una obsesión para el empresario, quería boicotearla y no dudo en aprovechar todas sus armas para dar su propio castigo al ministro y a la reina del papel couché.
La guerra de Ruiz-Mateos con Miguel Boyer e Isabel Preysler
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“Centra toda su ira en dos personajes, Miguel Boyer e Isabel Presyler. Se convierte en un objetivo en el momento que nos enteramos de que tiene una relación extramatrimonial con alguien, conseguimos descubrir que ese alguien era una persona conocida que también estaba casada. Lo que más le indigno es que uno de los sitios donde planeaban sus encuentros era en uno de los hoteles de Rumasa en el barrio Salamanca”, explica el chófer Víctor de la Cruz.
Cuando el empresario consiguió confirmarlo: “El jefe llamó a personal de confianza que estaba en el hotel y nos dijeron que efectivamente este señor estaba utilizando una suite en el hotel y que la pareja con la que veía se llamaba Isabel Preysler”. Asegura que filtró la información desde el minuto uno a la prensa.
¿Cómo intentó molestar Ruiz-Mateos a la pareja?
Juan Luis Galiacho cuenta una de las anécdotas de Ruiz-Mateos con la pareja: “José María considera que hay que ir a por varios camiones llenos de gallinas, se vienen a la urbanización de Puerta de Hierro, donde tenían la vivienda Isabel y Miguel, abren los portones de los camiones y empiezan a salir gallinas, toda la calle llena y una pancarta que decía: ‘más puta que las gallinas”.
Pero esto no fue todo, llegó a poner una pirámide de retretes enfrente de la casa de Boyer, al llamarse ‘Villa meona’. O filtrar el teléfono de Miguel Boyer a través de un anuncio por palabras en todos los periódicos de tirada nacional con el texto: “Intelectual con gafas, le gustan las delicadezas filipinas, con mucho dinero tras quitárselo a otro. 24 horas disponible, llamad al teléfono”. Y la broma se convirtió en una auténtica pesadilla para la pareja.
Los toros de Osborne también fueron objetivo, donde quiso pintar el nombre de Miguel Boyer entre los cuernos del toro para mandarlas a la prensa. O alquilar por 350.000 pesetas el chalet de al lado en Marbella de la pareja para fastidiarles sus vacaciones: le pusieron en bucle canciones de Julio Iglesias por megafonía y consiguieron que se fueran a los dos días de vuelta a Madrid.