El 'cruch' es una práctica abusiva que practican las grandes desarrolladoras de videojuegos en momentos puntuales de su producción creativa. Se trata de jornadas interminables de horas extras, sin cobrar, a contrarreloj y con una carga de estrés imposible de soportar para muchos de los trabajadores.
Las consecuencias para los empleados son nefastas, muchos de ellos no pueden soportar los niveles de exigencias ya que en la mayoría de las ocasiones suelen convertirse en periodos de larga duración. Los trabajadores acaban padeciendo estrés, depresión o incluso despidos por bajo rendimiento.
En teoria, el 'cruch' debe ser algo a lo que recurrir de forma poco frecuente, pero en la práctica es más común de lo que los empleados creen al aceptar el puesto de trabajo. Ante la inmensa demanda de los fans de los videojuegos las empresas se han visto desbordadas y han instaurado el fenómeno como algo habitual.
Hace escasos días se publicaba un reportaje en el que los empleados de Epic Games, la desarrolladora del famoso juego Fornite, denunciaban jornadas laborales de más de 70 horas semanales. "Si me tomo un descanso, la carga de trabajo recae en otras personas, y nadie quiere ser esa persona", afirmó uno de los testigos.
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