Sandra quería guardar el legado del paso de sus chicos por el pueblo naturista y aunque estaba lloviendo les ha llevado a trabajar para proponerles algo muy especial. Quería que cada uno plantara su propio árbol y que debajo de él escondieran algo muy importante para ellos. Los chicos se tenían que desprender de algo importante para ellos y dar las gracias por algo que hubieran recibido. Los cuatro han vivido un momento muy intenso y emotivo, que nunca podrán olvidar.