Toñi estaba muy decaída desde que vio como Pablo y Andrea pasaban la noche en una habitación de hotel y Pablo ha querido animarle. Han aprovechado que a Ona se le habían pegado las sabanas para irse a desayunar junto al mar. Toñi se ha quedado tranquila al saber que entre Pablo y Andrea no pasó nada, y ha alucinado al ver que Pablo le había preparado un desayuno romántico con fresas y hasta bombones de chocolate.