Durante una de sus rutas en bicicleta, las chicas le han propuesto a Pablo parar a comer en un restaurante a pie de playa. Ellas se han intentado adaptar a la vida del asturiano, pero comer solo una manzana y pedalear todo el rato, las tiene agotadas. Ellas pretendían romper la rutina y hacer algo diferente, y a Pablo le ha sentado fatal. Ha tenido la sensación de las chicas no iban a ser capaces de seguir su ritmo de vida y que no estaban valorando el esfuerzo que estaba haciendo él, y lo mucho que se había preparado todo el viaje. Las chicas se han quedado de piedra al ver la reacción de Pablo, pero Toñi no ha dudado en responderle y preguntarle si realmente estaba él preparado para tener una relación y renunciar a cosas por la otra persona. Tras las palabras de Toñi, Pablo se ha roto y ha tenido la sensación de que igual no estaba dispuesto a cambiar nada por nadie.