Con Andrea fuera de la competición durante unos días, Toñi y Ona tenían vía libre para intentar conquistar el corazón de Pablo. El aventurero se está intentado adaptar a la forma de vida de sus chicas y quiso que los tres comieran en un bar para romper la rutina. La persona menos acostumbrada a la vida civilizada es Pablo, pero en esta ocasión la que más flipó fue Toñi. No podía entender que teniendo cubiertos sobre la mesa, su compañera Ona decidiera comerse la ensalada con las manos.