Juan asegura que no lo hace a conciencia, él siempre intenta adelantar a todo el mundo que puede. A muchos los adelanta, pero tiene mala suerte, éstos terminan retirándose. ¿Por qué? Porque estas personas suelen mirar atrás y no ven a nadie, se vienen abajo y abandonan. Pero Juan Salvador es diferente, él nunca mira atrás. En tono de humor comenta que sabe que tras él hay una ambulancia, Guardias Civiles, pero retirarse… ni loco.

Nunca ha recibido un masaje en una maratón porque cuando llega a la meta ya han quitado el puesto.

Pero todo esto no le importa. "El correr, explica Juan.

Hay días en los que no tiene ganas de ir al gimnasio, "días perros" como los llama, pero se dice a sí mismo: "¿No quieres correr 5 km? Pues ahora te vas al gimnasio. Lo que Juan tiene claro es que no se baja de la cinta de correr. ¿Si está cansado cuando está encima de ella? No hay problema, recapacita, disminuye el ritmo para beber un poco de agua, coge energía y termina los kilómetros que le quedan aunque sea andando, porque "aunque sea andando, sentencia Juan. Una auténtica declaración de intenciones: positividad, humanidad y bienestar personal.

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